He aquí un consejo para todos:
es imperioso reflexionar continuamente
sobre las acciones y los pensamientos
cotidianos.
Hacer la cuenta de cuánto bien o mal tú hayas causado
hasta alcanzar la paz de la mente.
El norte, el este, el sur y el oeste son todos buenos
mientras que una persona permanece
para atravesarlos.
No debemos cruzar de un lado al otro de nosotros mismos.
La naturaleza del Dharma es de suyo vacía y serena.
Ninguna causa plantada está perdida:
cosecharemos lo que sembramos.
Nadie puede tomar nuestro lugar.
Los lugares de práctica, como una flor en el cielo, o como la luna en el agua, hemos de edificarlos en todas partes. Y sin cesar.
Espero que todos hagan el bien,
fomentando numerosas buenas condiciones.
Sin demora, trabajen por la liberación
para ustedes mismos y para el mundo.
TZU-HANG
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