Compartir nuestra parte emocional con otros produce acercamiento e
intimidad. Y también el hecho de ser aceptados como somos nos ayuda a
aceptarnos a nosotros mismos. Esta es siempre una experiencia
maravillosa. Cuando hablamos e intentamos averiguar lo que nos esta
sucediendo, se produce el milagro liberador. Eso que uno guarda dentro
puede crecer y volverse demasiado poderoso. Al ser escuchado por alguien
ese mal comienza a deshacerse y reducirse.
También los sentimientos de intensa felicidad pueden ser perturbadores y atemorizantes tanto como los de profunda tristeza. Somos adictos a las emociones con las que crecimos en nuestra infancia. A veces por eso le tememos tanto a la felicidad, que después de sentirnos felices provocamos algo que nos devuelva la tristeza. (de VIVI SLOW)
También los sentimientos de intensa felicidad pueden ser perturbadores y atemorizantes tanto como los de profunda tristeza. Somos adictos a las emociones con las que crecimos en nuestra infancia. A veces por eso le tememos tanto a la felicidad, que después de sentirnos felices provocamos algo que nos devuelva la tristeza. (de VIVI SLOW)
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